El atletismo en sí
mismo es la primera forma de actividad física de los humanos. Es, por tanto,
tan antiguo como la propia humanidad. Muchas de las pruebas atléticas que se
disputan en la actualidad derivan de antiguas actividades humanas como la caza
y la supervivencia.
Era preciso hacer esta
mención a los Juegos Olímpicos porque la disputa de los juegos supone para
muchos el comienzo del atletismo. Diversos especialistas datan el inicio del
atletismo como deporte en los antiguos juegos griegos. En la Antigua Grecia no
sólo se disputaban juegos olímpicos, sino también juegos nemeos, juegos
ístmicos y juegos píticos, y en todos ellos había pruebas atléticas (carreras
de velocidad, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y disco entre otras).
El maratón, la prueba
atlética más famosa y dura por excelencia, rememora la hazaña de Filípides, que
corrió desde Maratón hasta Atenas para informar sobre la victoria del ejército
ateniense en la batalla frente a los persas en el año 490 a.C. Aunque la
distancia entre Maratón y Atenas es de 37 kilómetros, aunque existan muchas
dudas sobre si la figura de Filípides es o no es real y aunque muchos
historiadores sostengan que la distancia recorrida fue de unos 220 kilómetros
entre Atenas y Esparta, lo realmente cierto es que a finales del siglo XIX, el
Barón Pierre de Coubertin incorporó la carrera a la primera edición de los
Juegos Olímpicos, que se disputaron en Atenas, en el año 1896.

Siglos más tarde, los Celtas
fundaron los Lugnas Games, que se celebraban al norte de Dublín. Estos juegos
tenían como origen las fiestas locales. El Antiguo Libro de Leinster data el
origen de estas pruebas en el año 829. El programa de pruebas atléticas incluía
salto de altura, salto con pértiga, lanzamiento de piedra y lanzamiento de
jabalina. Se celebraban de manera anual durante el mes de agosto y, aunque
fueron perdiendo relevancia una vez que avanzaba la Edad Media debido a los
cambios culturales y religiosos, sobrevivieron hasta el S. XIV.
En la Europa
continental, durante la Edad Media, la forma más habitual de deporte eran la
caza y los torneos caballerescos. A partir del S. XII, en las Islas Británicas
sí comenzaron a recuperarse nuevamente pruebas atléticas. A las afueras de la
ciudad de Londres eran comunes los retos entre personas de diferentes clases
sociales para medir la destreza en pruebas de velocidad, salto y lanzamiento.
Por su parte, en Escocia las pruebas de pesos ocupaban un papel muy importante
en las fiestas populares, relevancia que ha permanecido intacta hasta la fecha.
Aunque tras el
Renacimiento se seguían disputando pruebas atléticas en toda Europa, no fue
hasta el S. XIX cuando realmente nace el atletismo como deporte. En 1825 se
celebró en Londres la primera reunión de atletismo moderno. Durante la primera
mitad del S.XIX, especialmente en las islas británicas, se iban incorporando
las pruebas atléticas que conocemos en la actualidad, y durante los últimos
cincuenta años del S. XIX iban incorporándose a las Universidades la práctica
del atletismo y apareciendo las primeras federaciones nacionales y los primeros
libros de reglas.
No sólo se
desarrollaba el atletismo en las Islas Británicas, también en Alemania,
Francia, Bélgica, España, Italia o Estados Unidos aparecían clubes, universidades y diferentes campeonatos atléticos. El gran salto hacia la
modernidad apareció, como no podía ser de otra manera, en Inglaterra, cuando, a
partir de 1892, comenzó a utilizarse el cronometraje eléctrico. La IAAF,
Federación Internacional de Atletismo, se fundó en 1912. Su primer congreso se
celebró en Estocolmo, Suecia, y en él estuvieron presentes diecisiete
federaciones nacionales.
Desde entonces, el
atletismo se ha convertido en uno de los deportes más importantes a nivel
mundial, aunque existen campeonatos nacionales, continentales y campeonatos
mundiales, la gran competición internacional de atletismo son los Juegos
Olímpicos. Otra muestra más de la importancia del atletismo en los Juegos
Olímpicos es que uno de los principales escenarios de cualquier sede olímpica es
el Estadio Olímpico.
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